LA MUJER SUNAMITA
Yo recuerdo cuando venía de Chattanooga una noche; y el avión estaba descompuesto en-en-en Tennessee, allá en Memphis. Me pusieron allá en aquel hotel grande y hermoso. Me llamaron, y dijeron: "Su avión va a salir a las siete de la mañana siguiente".
Y estaba llevando algunas cartas al buzón; regresando a casa, escribiéndole a algunos de mis amigos. Y mientras iba, el Espíritu Santo dijo: "Sigue caminando". Yo sólo seguí adelante, llegué al barrio de la gente de color. Yo estaba allí parado, pensé: "¡Oh! Oye, es hora de que ese avión salga. Y el spíritu Santo seguía diciendo: ""Sigue caminando". Así como lo hizo allá en el bosque el otro día, Uds. saben. "Sólo sigue caminando". Así que seguí caminando.
Sucedió que miré muy allá, en una de aquellas pequeñas chozas donde la gente de color estaba viviendo, pobres, allá a una anciana Tía Jemima, muy típica, con una camisa de niño amarrada alrededor de su cabeza, recargándose en la ... así...Y yo iba por allí cantando: Soy de El, soy de El, es mi gozo el decir que soy de El, joh aleluya! (¿Y qué quieres Señor?) Soy de El, soy de El, (¿Creen Uds. en ser guiados por el Espíritu? Sí, seguro). Es mi gozo el decir que soy de EL Ya hace como catorce años.
Ella miró por encima de la cerca. Yo estaba como, oh, a una media cuadra de ella, y yo vi a esta sefiora anciana de color, con su mirada fija en mí, Uds. saben. Yo sólo seguí, dejé de cantar, empecé a caminar por allí. Me acerqué a ella, había grandes lágrimas en aquellas grandes mejillas abultadas; ella me miró, dijo: "¡Buenos días, pastor!" Y me volví, dije: "¿Cómo está Ud., Tía?" Y ella dijo ... Yo me volví, ella se estaba riendo, y esa gran sonrisa en su rostro. Yo dije: "¿Cómo sabía Ud. que yo era un pastor?" Allá en el sur, Ud. sabe, un predicador, es un "pastor". Dije, yo dije: "¿Cómo sabía Ud. que yo era un pastor?" Ella dijo: "¡Yo sabía que Ud. iba a venir!" Y yo dije: "¿Cómo supo Ud. eso? ¿Me conoce Ud. a mí?" Ella dijo: "No, señor". Y ella dijo: "Yo sabía que Ud. iba a venir". Dijo: "¿Ha oído alguna vez la historia de la mujer Sunamita? Yo dije: "Sí, señor". Y ella dijo: "Bueno", dijo ella, "yo soy esa clase de mujer". Ella dijo: "Y el Señor me dio un bebé, y yo le dije a ella-le dije a El que yo lo criaría".
Dijo: "Yo soy una mujer pobre. Yo lavo y trabajo para la gente blanca para ostenerme". Ella dijo: "Y El me dijo que El-El me daría el bebé, y yo le dije que yo lo criaría". Dijo: "Lo he criado lo mejor que sé hacerlo", pero dijo, "pastor, él se metió entre malas compañías. El contrajo una enfermedad, y no sabíamos nada al respecto hasta que llegó a un estado avanzado. Y él se está muriendo, allí adentro, en la cama". Dijo: "El ahora ha estado inconsciente, por dos días. Y el doctor vino y dijo: 'Eso ya se comió el corazón y demás, se metió en el torrente sanguíneo, tanto que lo añó; así Dijo: "Yo oré, dije, 'Señor, Tú me diste ese bebé', y dije, 'como Tú hiciste con la mujer Sunamita'. Dije: '¿Dónde está Tu Elías? ¿En dónde está ... ?' Dije: 'Bueno, ¿dónde-dónde hay algo que me ayude?'" Y dijo: "Me quedé dormida de rodillas". Y ella dijo: "Soñé y el Señor me habló", y ella dijo, "sal y párate al lado de la puerta. Y va a venir un hombre por la calle, usando un pequeño sombrero de color marrón claro y un traje oscuro" El dijo: "El hablará. contigo". Y ella dijo: "He estado parada aquí desde antes del amanecer". Y su espalda estaba mojada del rocío. Y ella dijo: "Y yo lo vi venir con ese sombrero de color marrón claro", dijo ella, "pero Ud. debería estar cargando una maletita". Yo dije: "La dejé en el hotel". ¿Ven? Y yo dije: "Está enfermo su hijo?" Dijo: "Se está muriendo". Yo dije: "Mi nombre es Branham". Yo dije: "¿Me conoce Ud.?" Ella dijo: "No, señor, Pastor Branham, yo-yo nunca he oído de Ud." Yo dije: "Yo oro por los enfermos". Ella no estaba interesada en eso. Ella no quería que su muchacho muriera como un pecador. que la cosa que le dan ya no le ayudará ahora"'. Y dijo: "Se está muriendo". Y dijo: "Yo no puedo soportar verlo morir, como un pecador". Y dijo: "Oré y oré", dijo, "oré toda la noche". Dijo: "El está inconsciente, él no sabe nada". Dijo: "El no ha sabido nada por dos días".
Yo entré; tenían allí una puerta vieja con la punta de un arado colgando en ella para cerrarla ( quizás muchos de Uds. norteños no saben lo que es), pero es para mantener cerrada la puerta. Y entré en una pequeña, diminuta casa, vieja, como de dos cuartos (se miraba como la pequeña ... como lo que llamamos una pequeña "casa de escopeta"), colocada allí; hay un cuarto aquí, y ése es la sala, recámara, y todo junto; y la cocina allá atrás. Cuando entré ... Era un lugarcito blanqueado, y agradable, con tiras de madera en los lados, y tablilla. Por tanto ... No, yo creo que ella tenía papel de brea [Papel especial que se usa para impermeabilizar techos.-Trad.] arriba en el techo, yo recuerdo haber visto esas grandes burbujas, como del rocío, encima de él. Luego cuando entré, había un letrero colgado allí en la puerta, decía: "Dios bendiga nuestro hogar".
Aquí en la esquina estaba una cama, y otra aquí. Allí estaba acostado un hombre muy grande (no había ni una alfombra en el piso), un muchacho muy grande, un tipo muy grande y bien parecido acostado allí. Yo creo que él pesaba como ciento setenta o ciento ochenta libras [como setenta y siete u ochenta y un kilos.-Trad.], medía cerca de seis pies [cerca de un metro con ochenta y tres centímetros.-Trad.]. Y él tenía la cobija en su mano, haciendo: "Mm. Mm". Y ella dijo: "¡El bebé de mamá!" Y yo pensé: "El bebé de mamá" . Y sin embargo él tenía una-él tenía una enfermedad social, sífilis. Y él-él se estaba muriendo. Y ella lo besó en la frente, y le dio una palmadita de esta manera, dijo: . "El bebé de mamá". Pues, mi corazón se conmovió. Pensé: "Sí, no importa qué tan profundo esté Ud. en pecado, Ud. todavía es su bebé". Luego pensé: "¿Ven?, no importa qué tan mal él estuviera, todavía era 'el bebé de mamá"'. Y yo pensé: "Dios dijo: 'Una madre pudiera olvidarse de lo qt'.:te dio a luz; pero Yo nunca te puedo olvidar, porque tu nombre está grabado en la palma de Mi mano'". ¿Ven? ¡Cómo podría ser!
Miré a la pobre santa caminando por ahí. Uno podía notar, hermano, que ella no tenía nada en la casa; pero ella tenía algo en la casa que toda casa en Indiana y en todas las demás partes deberían tener en ellas, y eso es Dios. Yo prefiero tener eso que tener una gran casa fina con cuadros indecentes de mujeres, y todas estas cosas vulgares y obscenas.
Una Biblia vieja estaba allí donde la habían abierto, con las viejas páginas arrugadas ... La miré a ella. Y ella dijo: "El pastor vino para orar por ti, cariño". El dijo: "Mm. Mm. Está oscuro. Mm". Y yo dije: "¿Qué está diciendo?" Ella dijo: "El no sabe. El doctor dijo que: 'El está fuera de sí"'. Dijo: "El piensa que está allá en un gran mar en alguna parte, y está remando un bote, y está perdido". Y dijo: "Eso es lo que no puedo soportar, pastor: saber que mi niño se está muriendo, perdido". Y ella dijo: "Yo sé que Ud. vino para ayudarme, porque el Señor así me lo dijo". Y o dije: "Voy a orar por él", y yo dije, "quizás el Señor lo sane". Ella no estaba interesada en eso, ella sólo quería que él se levantara y dijera que él estaba salvo. Eso era todo, con tal de que fuera salvo. No importaba, él tenía que irse de todas maneras algún día, así que; ¡con tal de que él fuera salvo! ¡Oh, si tan sólo pudiéramos tener esa actitud! Ese Hogar Eterno allá, ella sabía que ella iba a vivir con él otra vez entonces. Dijo: "Si pudiera oírlo decir que es 'salvo"'. Y o dije: "Vamos a inclinarnos".
Y ella se arrodilló. Y yo cogí los pies del él, y sus pies estaban muy fríos y pegajosos. Y yo no podía cubrirlos con la cobija, una pequeña-pequeña cobija delgada que ella tenía sobre él allí; y sólo tenía puestos sus calzoncillos, Uds. saben. Y así que él...Y él estaba jalando eso hacia atrás de esta manera, pensando que él estaba en él. El agarró eso, y pensaba que él estaba remando. El seguía diciendo: "Está tan oscuro, Mm. Mm. Está tan oscuro". Entonces ella trató de hablarle; y él sólo seguía diciendo: "Está oscuro y frío", jalando. Luego yo-yo la miré a ella un poco, y ella se arrodilló allí, y yo le dije: "Tía, ¿nos guía Ud. en oración?" Ella dijo: "Sí, señor. Solamente ella, y yo, y el muchacho, y el Espíritu Santo en el cuarto, eso es todo. Esa santa anciana oró. ¡Oh! Cuando ella habló con El, uno sabía que ella ya había hablado con El antes. ¡Sí, señor! Ella sabía con quién estaba hablando.
Ella dijo: "Señor, yo no sé lo que Tú vas a hacer", dijo ella, "pero todo está así como Tú lo dijiste". ¡Oh, hermano! ¡Oh! Estoy tan contento. Estoy tan contento de que El todavía es el mismo Jesús que estuvo allá con aquellos santos allá. El todavía es el mismo Jesús hoy. Y yo no le pregunté acerca de su religión, si ella era Bautista, Pentecostal, o qué. Ese no era asunto mío. Yo sólo estaba-estaba siguiendo al Espíritu Santo, y ella estaba haciendo la misma cosa. Queríamos ver lo que El iba a hacer. Así que nos arrodillamos, y ella comenzó a orar. Cuando ella terminó de orar, ella se levantó y besó su cabeza, dijo: "Dios, bendice a mi bebé". Y luego ella dijo: "Ahora, ¿va a orar Ud., pastor?" Y yo dije: "Sí, señora". Y en ese momento eran como las ocho y media, quizás quince para las nueve, y yo estaba a dos millas [tres kilómetros y doscientos metros.-Trad.], del lugar, y-y el avión partía a las
siete; y no sabía cuándo iba yo a poder salir. Así que puse mis manos sobre sus pies, yo dije: "Padre Celestial, yo no comprendo esto. Y Tú ... yo-yo debía de haber abordado un avión hace rato, hace casi una hora y media. Tú me seguías diciendo: 'Camina', y ésta es la única cosa que he encontrado hasta ahora. Y ella dijo que Tú ... ella me vio venir. Si ese-si ese eras Tú, Señor, entonces yo no sé qué hacer sino sólo poner mis mano sobre el muchacho".
El dijo: "¡Oh, mamá!", dijo, "ahora ya empieza a haber luz aquí". Y como cinco minutos después de eso, él estaba sentado a un lado de la cama, con sus brazos alrededor de su mamá. Yo me salí, corrí hacia allá y tomé un taxi, y corrí al hotel y tomé mi maleta. Y pensé que iría para allá y que esperaría; quizás tuviera que esperar uno o dos días en aquellos días. Uds. saben qué tan duro era en ese entonces después de la guerra, para conseguir un avión allá, así que pensé: "Voy a tener que esperar un par de días". Y me subí al taxi y me dirigí hacia allá, al aeropuerto. Tan pronto como llegué allá, él dijo: "El vuelo número 196 para Louisville, Kentucky, ahora va a partir".
Dios retuvo ese avión en tierra por mí, de esa manera. ¡Oh, yo lo creo! Como dos años después de eso, yo iba en el tren, iba para Arizona, a una reunión allá, adonde el Hermano Sharrit. Y así que me iba a juntar con el Hermano Moore y los demás. Y entonces cuando fui para allá, yo paré allá en Memphis. Y el tren entró en la estación, como todos saben cómo entra en la estación yendo hacia el oeste de esta manera, y luego retrocede al salir y toma la plataforma giratoria y cambia. Y esos emparedados en el tren, quieren como sesenta centavos por cada uno de ellos. Y yo los puedo comprar por diez, quince centavos, Uds. saben, afuera en otro lugar. Así que yo esperé hasta que se detuviera el tren, para comprar algunos emparedados.
Iba a comprar una bolsa llena de hamburguesas, y en verdad tener un jubileo yendo para allá. Así que me bajé aprisa y corrí por allí rápidamente, para llegar a un puesto de hamburguesas; mirando alrededor; iba a detenerse allí como por treinta minutos. Y así que yo-yo comencé a comprar algunas hamburguesas, y oí a alguien decir: "¡Hola, pastor!" Y miré alrededor, y un matelerito estaba parado allí parpadeando sus ojos, Uds. saben, dijo: "¿No me conoce, verdad?" "Yo creo que no, hijo". Se acercó, y dijo: "¡Míreme bien!" Y yo dije: "¿Sí?" Yo dije: "Yo no creo que lo conozco". El dijo: "¡Yo lo conozco a U.d.!" Dijo: "¡Ud. es el Pastor Branham!" Y yo dije: "Sí, eso es correcto". Yo dije: "¿Ha estado en una de mis reuniones?" El dijo: "¡No, señor!" Dijo: "¿Recuerda Ud. aquella mañana que Ud. vino a la casa y mi mamá ... ?""¡Oh!"Yo dije: "¡Ud. no es él!" Dijo: "¡Sí, yo soy! ¡Sí, yo soy!" El dijo: "Pastor", dijo, "yo estoy sano completamente, y bien. ¡Y no sólo eso, mas ahora soy Cristiano!" ¡Alabado sea el Señor!
LA EDAD DE LA IGLESIA DE TIATIRA, JEFFERSONVILLE. IN 60-1208