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EL PROFETA DE DIOS WILLIAM MARRION BRANHAM

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Relatos - EL REGALO QUE LE COSTO A EL SU MUERTE


EL REGALO QUE LE COSTO A ÉL SU MUERTE

Oh, yo leí una historia, no hace mucho tiempo, que viene a mi mente de algo de esa índole. Había ocurrido en una gran ciudad aquí en esta nación, y ... Nueva York. Y fue en la víspera de la Navidad. Y había una familia pobre, el padre anciano, él tenía tuberculosis, y él estaba ... y su esposa tenía tuberculosis. Ellos habían sido desamparados, y él-él estaba algo ... El estaba debilitado y así que nadie lo empleaba. El no tenía educación, y él-él...La gente no lo quería. El era un desechado, llegó a ser un vagabundo. Sólo ....

Uds. saben lo que es un vagabundo, sólo ir y-y recoger algo y venderlo y sacar lo que uno pueda; lo poquito de ganancia que pueda sacar de ello, ellos tratan de vivir de eso. Sólo como un vendedor de chucherías o algo, en la calle; van a comprar algunos alfileres y agujas y dedales, y lo que ellos puedan. Y-y llevarlo, y-y quizás comprar un paquete por un centavo, y venderlo por cinco; y hacer cuatro centavos del paquete, y quizás en todo un día. Ud. dice: "Esa-esa es una buena ganancia". Pero sólo piense, todo lo que vendería en un día. Quizás él hizo veinte, treinta centavos al día, y él tenía una familia. Y la-la esposa, estando débil, ella-ella murió.

Y venía el tiempo de la Navidad. Y la niñita, ella había desarrollado desnutrición, por no tener el alimento correcto y cosas; ella adquirió tuberculosis, también. Y ella era una niñita pequeña, como de ocho, nueve años de edad, diez. Y ella nunca había tenido una muñeca para Navidad. Y eso era lo que ella quería como un regalo, era una muñeca. Y el padre, no siendo capaz de darle atención médica y demás, y él-él viendo a la niñita que se estaba yendo rápido, y él procurando lo mejor que podía de-de-de-de juntar el dinero suficiente para comprarle una muñeca para la Navidad; si sólo pudiera obtener dinero suficiente para comprarle una muñequita.

Así que el tiempo de la Navidad se acercaba; el mal clima llegó; la niñita desarrolló una clase de pulmonía; y-y ¡qué cosa!, sólo unas cuantas semanas antes de la Navidad. Y el padre, por supuesto, quebrantado, fue a su botecito y sacó el dinero. Y él pensó de su niñita, que ella quería una-una muñeca como las niñitas.

¿Ven?, es una madrecita, manifestándose. Uds. se fijan cómo una niñita, ella busca una muñeca, porque ella ... Esa es su naturaleza, ella es una-ella es una madre manifestándose. Ella será una madre algún día si vive y todo. Uds. saben, su naturaleza. Esa es la razón que a una niñita le gusta una muñequita, ella quiere cuidar de ella; porque después de todo, ella-ella es una, potencialmente, una-una madrecita.

Y ella quería una muñequíta, pues nunca había tenido una. Y el papá había ahorrado todo lo que él podía para-para conseguirle a ella una muñequita. Y, así que, ella murió. Y el padre como que perdió su mente. Su esposa se había muerto, su niñita, y su mente como que llegó a un lugar que él-él. .. No obstante tenía que ir todas las noches a la cama y hablarle a su niñita, aunque ella estaba ... había sido enterrada. Pero él pensaba que le-él pensaba que le estaba hablando a ella, y diciéndole: "Mira, cariño, no falta mucho, y papá te va a conseguir una muñeca para la Navidad. Y-y papá te ha prometido la muñeca, y yo-yo voy a conseguirla".

Finalmente, llegó la Navidad. Y por supuesto, Uds. saben cómo es. El rico tenía sus-sus grandes fiestas; y las velas ardiendo, y las grandes y solemnes misas en las iglesias, y hablando acerca de Jesús y-y todo lo demás (las iglesias estaban), y haciendo toda clase de rutinas y misas, y cantos, y villancicos y todo. Ellos no se daban cuenta lo que estaba sucediendo atrás en el callejón, detrás de todo eso. Este hombrecito allá atrás; él perdió su mente. El quería tanto que esa niñita tuviera esa muñeca, porque ella había rogado por esa muñequita. Así que él salió y le compró una muñequita de trapo, una cosita-una cosita, probablemente como de unos treinta centavos, algo mugrosa que había comprado en la calle.

Y era una noche muy fría, los-los-los vientos fríos soplando, la nieve cayendo copiosamente allí, en Nueva York, allí en la costa. Y las calles llenándose, y la gente en sus grandes limusinas. Y fiestas de borrachos, tomando afuera, celebrando el nacimiento de Cristo, y estas cosas de las que hablamos en esta noche, pensando que esa es la manera correcta de hacerlo; beber para ahogar sus pesares y cosas, y que esa es la manera de hacerlo. Todos ellos ....

Parado en la tienda, el otro día, una mujer estaba hablando acerca de... Dos muchachas se encontraron y querían saber qué le habían comprado a sus padres. Y una de ellas dijo: "Bueno, él..." Ella le había comprado un cartón de cierta clase de cigarrillos. Y la otra dijo que una botella de whisky y un-y un-y un juego de barajas. Ahora, ¡eso no es dar un regalo en memoria del nacimiento del Señor Jesucristo! Y esa es la manera que se hace ¿Ven Uds.?; sólo es un montón de falsedad. La Navidad no está en eso, en lo absoluto.

Y así que encontramos ahora que este hombrecito, andaba vagando. Y él sabía en su corazón que su niñita había muerto, pero él fue y compró la muñeca de todas maneras. Y él pensó: "Empezaré a buscarla; la encontraré en alguna parte. Ella estará aquí en la calle y la encontraré". Y él empezó a caminar. El-él no podía engañarse a sí mismo, ella no estaba allá en la pequeña choza, en la pequeña camita, andrajosa y sucia; sino que estaba enterrada. Así que él-él sabía, él pensó que la podía encontrar en la calle. El dijo: "Seguiré caminando". Y él iba por los callejones, mientras ellos estaban cantando sus villancicos y seguían. Y yendo por el callejón cargando esa muñequita, sucia, manteniéndola dentro de su saco, sobre su corazón, pensando de su niñita.

Y finalmente sucedió que un policía lo vio, y el policía mismo había bebido unos cuantos tragos y corrió hacia el callejón y agarró al hombre anciano y lo volteó. El dijo: "¿Qué estás haciendo aquí?" El dijo: "Llevo esta muñequita, señor, a mi niñita". El dijo: "Bueno, ¿en dónde vives?" Y él le dijo en dónde vivía. El dijo: "Bueno, tú vas en dirección opuesta a ese lugar; tú estás borracho. Regresa en la otra dirección". Dijo: "Señor, yo-yo no estoy borracho. Yo le prometí a mi niñita que le-que le daría un regalo para la Navidad". Y dijo: "Un regalo apropiado para una niñita es una muñequita". Y él dijo: "Déjame verla". Así que él le mostró una muñequita de trapo, andrajosa. Y él la estaba sosteniendo en su ... sobre su seno, sosteniendo la muñequita mientras él. .. Así que el policía, él mismo medio borracho, lo empujó para que se fuera. 

El anciano se fue por el callejón, y la nieve cayendo copiosamente. Y bueno, las fiestas de media noche se terminaron. A la mañana siguiente la nieve había parado de caer; el sol había salido. Y así que ellos estaban ... Toda la gente debido a sus grandes fiestas de pompa traían bolas de hielo en sus cabezas, por causa de beber en exceso celebrando el-el nacimiento de Cristo. Y-y muchos de ellos estaban roncos por el alboroto, por todo lo que estuvieron haciendo.

Pero muy allá en el callejón, ellos encontraron al anciano. Y cuando lo voltearon, él tenía la muñequita sobre su corazón. Me supongo que él le llevó su regalo a ella. Ella encontró en una tierra que no está aquí. El-él-élllevó el regalo. Era un regalo apropiado. (Dios, misericordioso). Aunque le costó su vida. No hay otra manera en el mundo de que él pudiera darle a ella el regalo; ella estaba enterrada. Pero no .. La única manera de poder hacerlo sería así como ... La muñequita no significa mucho, me imagino, la muñequita con cara sucia, pero eso ... ¿Qué hizo él? Cumplió una promesa que él había hecho. No importó lo que la gente pensó al respecto, sus manos sucias en una muñequita sucia, pero eso-eso cumplió una promesa a su niñita.
LOS REGALOS DE DIOS SIEMPRE ENCUENTRAN SU LUGAR, JEFFERSONVILLE, IN 63·1222

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Relatos - ¡NO MATE ESA VOCECITA SANTA!

¡NO MATE ESA VOCECITA
SANTA!

Hace años, cuando había oro aquí en las montañas ... Leí una historia, hace muchos años, que siempre se quedó en mí. Decía que había un-un buscador de oro que vino por aquí más allá de estas montañas, y estaba buscando oro y encontró un yacimiento rico. Y de regreso, pensando, lo que él sería cuando llegara a la ciudad, todos sus problemas se le habían terminado. Y-y él-él decía: "Mañana estaré en"... solamente un día más de viaje, y él estaría en la ciudad y tendría el oro. Y él tenía grandes sacos llenos de oro.

Y él traía un perro con él. No comparando el perro con el Espíritu Santo, sino que estoy haciendo una ilustración. Pero este perro ... Y en la noche, este buscador de oro se acostó en su cama, y-y empezó a pensar: "Bueno, mañana llevaré-llevaré todo mi oro, y voy a llegar a ser exactamente lo que siempre he querido ser. Yo-yo-yo siempre he querido ser un hombre rico. Yo-yo siempre quise tener cosas finas y demás".

Y -y entonces el perro empezó a ladrar, porque un enemigo se estaba acercando. Y él-él salió y le gritó: "¡Cállate!" Y el perro se apaciguó. Y no pasó mucho tiempo de estar acostado, cuando el perro empezó a ladrar otra vez, jalando de la cadena. El se levantó otra vez y se acercó a la puerta y le gritó:
"¡Cállate! Quiero que sepas que mañana voy a ser un hombre rico". ¿Ven? Y ése era su gran sueño. Pero el perro empezó a ladrar otra vez.

Y finalmente él se enojó tanto, que fue y agarró su rifle y lo mató. El dijo: "Ya no te necesito de todas maneras. Mañana voy a ser un hombre rico. Seré un hombre rico mañana". Y puso su rifle en la esquina y se volteó en la cama dando su espalda a la puerta, y se durmió. Y el hombre que lo había estado siguiendo por días, se metió sigilosamente y lo mató. El no llegó a ser un hombre rico, ¿ven?, él detuvo esa alarma de advertencia que le estaba procurando decir que su vida estaba en peligro.

Y hermano, hermana, Ud. nunca será capaz de ... Nunca trate de silenciar ese santo llamado en su corazón, ¿ve?, uniéndose a una iglesia, o recitando un credo, o perteneciendo a cierta organización. Solamente hay una cosa que lo puede satisfacer, y esa es la Persona, Jesucristo. "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por Ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, ¡del Dios vivo!" ¿Ve? Hay algo en Ud. que quiere ver el movimiento de Dios. Su alma tiene sed de El. No se detenga por nada que sea menos que Eso. No deje que algún pastor le diga "que Ud. únicamente tiene que saludarlo de mano, unirse a la iglesia, o pertenecer a esta organización". ¡No mate esa vocecita santa! Lo está previniendo. El día vendrá cuando Ud. esté al fin de su jornada.
SED, TUCSON, AZ 65·0919

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