EL PALOMO
INQUIETO
En una
ocasión yo oí un pequeño relato acerca de una—una caravana que iba pasando por
los montes de Palestina, bajando—bajando a los llanos, para llegar a Jerusalén.
Y un palomito estaba inquieto. Él iba allá para...Él sabía que en un poco de
tiempo...Él había sido atrapado en una trampa.
Y él
sabía que en un poco de tiempo, le cortarían su cabecita. Él tendría que
sangrar como un sacrificio. Y él estaba inquieto, intentando de salir por
la—por la puerta de la jaula, por todas partes empujando y arrullando. El sol
estaba saliendo. Los camellos iban caminando lentamente mientras iban llegando,
logrando entrar para el sacrificio de la mañana, en donde ellos vendían y los
cambiadores ahí pudieran matar al palomito.
Y él
estaba muy inquieto, intentando de sacar su cabecita a través de cada rendija.
Alrededor y alrededor, y alrededor de la jaula. El resto de ellos estaban
también arrullando. Pero ese palomito estaba intentando con todo lo que podía
de salir. El continuaba intentando, intentando.... Este palomito del que yo
estaba hablando antes, él intentó e intentó. Y él estaba arrullando. Se estaba
acercando al templo.
Y
entonces el escritor dijo que el palomito estaba arrullando e intentando pasar
sus hombritos por entre eso. Y él no podía lograrlo ni en ese lado, y ni en el
otro lado. E intentó cada uno de ellos. Y se ponía más inquieto y más inquieto.
Su compañerita estaba esperando al otro lado de la montaña; en sólo un poco de
tiempo él sería matado. Y él estaba intentando pasarse por entre eso. Y después
de un rato, él se volteó de esta manera, y luego dio un empujón. Era diferente.
Algo se movía. ¡Oh, hijo de Dios, tú que has andando de iglesia en iglesia, y
de lugar a lugar! Tú que has intentado liberarte de esta, y liberarte de
enfermedades, y liberarte de esto, y liberarte de lo otro, y no puedes hacerlo.
¿Por qué no volteas en esta noche, y miras hacia arriba de esta manera, y luego
das un empujón? Ve lo que sucede.
Tú
sentirás un pequeño movimiento. Tú has ido con sanadores Divinos, y ellos han
puesto sus manos sobre ti, y—y han hecho esto y han hecho lo otro. Pero, ¿por
qué no volteas hacia el Calvario en esta noche y luego das un empujón, y
sientes que algo se mueve? Algo sucederá. Si, señor. Y cuando menos pensó, él
dio otro empujón, y otro empujón. Y estaba libre. Y él extendió sus alitas de
esta manera, y voló al otro lado de la montaña hacia su compañera que estaba
viva ¡Oh qué diferencia!
53-0613
La Manera Provista de Dios, Connersville, IN