DIOS CUMPLE SUS PROMESAS
Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Genesis 15:1-6
61 El anciano Abraham podía sostenerse como viendo al invisible, porque era el propósito de Dios que él supiera que Dios le dio la promesa. No importa qué tan contrario todo parecía, Dios le dio a Abraham esa promesa. Así que, Dios cumplió Su promesa. El se la cumplió a Abraham. El se la cumplió a todos Sus hijos. ¡Y El guardará Su promesa!
62 Fue Moisés, al él ser enseñado en toda la sabiduría de los Egipcios, cuando él comprendió que Dios tenía un propósito para su vida.
63 Fue Jocabed, su madre, quien tomó a su bebé querido, el bebé más bello en todo el mundo, en ese tiempo, un dulce niñito; y lo puso en una arquilla y lo empujó al Nilo, donde los cocodrilos estaban bien gordos de comer pequeños niños Hebreos, a causa de que se los habían estado dando como alimento a los cocodrilos. Y ella tomó a su bebé y lo arrojó en las mismas garras de la muerte, sabiendo esto: que el propósito de Dios no podía ser derrotado. "Dios de Abraham, cuida a mi bebé, y llévalo al propósito por el cual Tú lo trajiste". No había suficiente agua en el Nilo para ahogarlo. No había suficiente cocodrilos en todo el mundo que podían habérselo tragado. El era el escogido de Dios.
64 Y así como él era el escogido de Dios, para ese propósito, nosotros somos los escogidos de Dios hoy día, quienes creen en la resurrección del Señor Jesús. Y no hay bombas, no hay infierno, no hay nada más que pueda destruir el propósito de Dios. Tenemos que irnos en la resurrección. Es una promesa que tenemos de parte de Dios, el propósito de Dios.
65 Y Moisés, cuando él llegó a tener cuarenta años cabal, un hombre de mediana edad, y él había sido entrenado en la escuela . . . Empero Dios, a veces, tiene una manera tan rígida de hacer cumplir Sus cosas, las que El ha prometido. Cómo es que El llevó a Moisés detrás del desierto, y le permitió que oyera los chillidos y los ruidos espantosos, mientras él tambaleaba en el desierto. Y él estaba allá solo en los desiertos, con los vientos bramantes, y los escorpiones y las cobras, y estaba solo allá afuera en el desierto, hasta que casi pereció. No hay nada que pueda derrotar el propósito de Dios. Dios había sacado a Moisés, y Moisés tuvo que hacer lo que Dios le dijo que hiciera, porque el propósito de Dios no puede ser derrotado.
58-0406 (t) Yo Se Que Mi Redentor Vive
14 Así que cuando ella fue puesta a prueba, ella no titubeó ni un minuto. Ella dijo: "Yo iré". Me gusta eso. No fue: "Déjenme pensarlo. Déjenme estudiarlo". ¡Ella estaba completamente persuadida! Esa es la gente que Dios puede usar, cuando usted está completamente persuadido que Dios cumplirá Su promesa. Dijo: "¡Yo iré!"
15 Y entonces su gente, tan ungida, quizá sin darse cuenta, pero profetizaron mientras ponían sus manos sobre su hermana, y su hija—esta hermosa joven judía—mientras la colocaban sobre el camello y la enviaban a una tierra desonocida, entre gente desconocida. Pero había algo en ellos. Ellos dijeron: "Tu descendencia posea la puerta de su enemigo. Sé amdre de miles de millares".
16 Y hoy en día, esa raza de gente y el pueblo de Dios está esparcido de mar a mar, alrededor del mundo. En esa resurrección ellos serán como las estrellas del cielo, a medida que esas luces resplandecientes toman su posición, a medida que traspasan el cielo. Y cuando ellos vengan, serán como los mares por las... o más bien las arenas junto a las orillas del mar. habrá miles de millones de ellos.
17 "Tu descendencia poseerá la puerta de su enemigo". Esa es la promesa jurada de Dios: "La simiente de Abraham".
Entonces por Su Espírirtu Santo, viendo que la madre sería parte del hijo, también, porque ellos son parte en la carne. Entonces el Espíritu Santo obrando a través de estas personas, dijo: "El... Que tu Simiente posea la puerta del enemigo". Entonces, Dios jurando que El poseería la puerta del enemigo, entonces ¿en qué posición pone eso a la Iglesia del Dios vivo?
18 Nosotros somos Simiente de Abraham. Porque, nosotros, estando muertos en Cristo, Somos la Simiente de Abraham y herederos con él, bajo la misma promesa jurada. Somos Simiente de Abraham, y somos herederos de toda promesa que se le fue dada a él. Pero cuando las pruebas vienen, allí es donde fallamos. Pero yo no creo que la verdadera Simiente de Abraham fallará. Se parrarán tan valientes y fieles como lo hizo Abraham.
19 Ahora vemos que Dios no puede decir nada o—o hacer alguna promesa a menos que El la cumpla. El tiene que hacer eso para ser Dios. Años después, cuando este mismo pueblo, el pueblo prometido, la Simiente de Abraham, iba en su jornada, yendo a una—una tierra prometida, había una puerta que se le opuso, y era su propio hermano, Moab, el cual dijo: "Tú no cruzarás mi terreno. Atenderé que tú no cruzarás mi territorio".
20 El dijo: "Si nuestras vacas lamen algo de tu pasto o si beben de tu agua, te lo pagaremos".
Pero él dijo: "Tú no cruzarás este terreno".
21 Pero la promesa de Dios se mantuvo fiel. Así que fueron y consiguieron su profeta, Balaam, y lo trajeron para maldecir al pueblo. Y aquí está lo que él dijo. Trataron de mostrarle a él la parte peor de la simiente bendita, pero Dios le mostró la parte mejor de todo eso. El dijo: "Cualquiera que maldiga a Israel será maldito, y cualquiera que lo bendiga será bendito". Y las barreras cayeron e Israel cruzó las llanuras. Dios prometió que él poseería la puerta de su enemigo.
22 Más tarde, al pasar los años, apareció uno llamado Daniel, que estaba en la línea de esta Simiente leal, y en la línea de las promesas, porque él era la Simiente de Abraham. Y Dios lo había escogido antes de la fundación del mundo, para ser Su profeta; y él vivió fiel. Y aun en una tierra extraña, él se había propuesto en su corazón: "Yo no me contaminaré con ellos". Esa es la Simiente real de Abraham; viviendo en una tierra que es diferente, viviendo estre gente que es diferente, pero sin embargo valiente a esa promesa: "Yo no me contaminaré con ellos. Yo permaneceré fiel".
23 Dios lo puso a prueba como lo hizo con su padre, Abraham. Y el rey dijo: "O tú serás como uno de nosotros y adorarás igual que nosotros adoramos, o yo te arrojaré en un foso lleno de leones ambrientos".
24 Daniel, igual que su padre Abraham, dijo: "Tú me puedes arrojar en el foso de los leones, pero yo no me inclinaré a ninguna de tus imágenes. Yo no aceptaré tu religión formal. Permaneceré fiel a Jehová".
25 Y allí entonces se le presentó el reto. El rey cumplió su promesa y capturó al profeta, o hizo que lo llevaran y lo arrojaran en el foso de los leones. Y cuando los leones, enemigos de Daniel, avanzaron hacia el profeta, Dios mantuvo Su promesa. El poseyó la puerta de su enemigo. Dios colocó un Angel allí ante esos leones, y poseyó la puerta. Dios cumple Su promesa. "El poseerá la puerta de su enemigo". Así dijo Dios.
59-1108 (c) Poseyendo Las Puertas Del Enemigo
74 Ahora déjeme darle una gran paradoja aquí, solamente por un minuto. En San Juan 14:22, Jesús dijo y prometió que, "El creyente que cree en El, haría las mismas obras". ¿Es eso correcto? Dios, el Cual hace una ley o una promesa, debe de mantener esa promesa, para ser Dios. El la sostiene. Y pensar que el Dios… bueno, es una paradoja, a Sí Misma; porque Dios, Quien hace una promesa y no puede romperla el darla, una de esas promesas que El hizo a Su pueblo, para continuar a través de la edad hasta que regrese otra vez. "Id por todo el mundo, predicad el Evangelio a toda criatura, a toda criatura, a todo el mundo. El que creyere y fuere bautizado será salvo, y el que no creyere será condenado; y esas señales seguirán a los que creyeren". El tiene que sostener esa promesa. y a causa de que El lo dijo, que salió de Su boca, entonces tiene que ser cumplido.
75 Toda Escritura tiene que ser cumplida. Entonces, eso sólo es una paradoja, el oír a Jesús, el Hijo de Dios decir: "La cosas que Yo hago, vosotros también las haréis". Ahora la Biblia dice en Hebreos 13:8, "El es el mismo ayer, hoy y para siempre". Esa es una paradoja, porque tiene que ser hecho. "El cielo y la tierra pasarán, pero Mi Palabra de lo que Yo he dicho no fallará". El lo dijo. Tiene que ser hecho.
76 Ahora, amigos, creo que El es el mismo ayer, hoy y para siempre. Yo creo que El puede en estar tarde causar que en este edificio sea hecha una paradoja, porque El lo prometió que así sucedería. Y cuánto más El ha prometido, cuánto más está en la Biblia, para esta misma edad en la cual estamos viviendo, los Efesios otra vez, de las edades de la iglesia. Tenemos siete edades de la iglesia, y se nos ha prometido que en la Edad de la iglesia de Laodicea habría otro Efesios. Eso es cierto. Y aquí estamos. Yo creo, con todo mi corazón, a ese Jesucristo quien hizo la promesa.
65-0117 (o) Paradoja @